1
Esa noche nublada, casi aplastado contra un pilar de cemento impenetrable, Noel conocería al horror.
Por un momento, cuando se dio cuenta que ese líquido que emergía de su cuerpo no era otra cosa que su propia sangre, sonrió sin ganas.
Se desangraría en el mismo lugar desde donde había grabado su vídeo más famoso.
2
A él no le espantaba explorar edificios abandonados por la noche, para nada.
Desde que inició su obsesión por filmar lo derruido y deshabitado, se vestía como todo un profesional y, armado con una linterna, una macana eléctrica que colgaba de su cinturón y una cámara portátil en la otra mano, exploraba por entre estratos carcomidos, los enormes complejos que habían perdido su valor como viviendas, después del terremoto de Luribay.
Muchos de sus amigos, fanáticos de los vídeos de exploración urbana que él subía a su blog (y por el que ganaba algo de dinero extra), lo acompañaban al lugar donde habían más edificios abandonados que personas, pero solo hasta los atrios, y lo esperaban, siempre preparados con linternas pesadas e incluso armas de fuego, por si de pronto algo fuera de control se presentaba.
Solamente una vez, tras una larga y tediosa discusión, tres de ellos lo acompañaron a recorrer un edificio de cinco pisos que había sido uno de los primeros en ser abandonado cuando la crisis económico-ambiental dañó seriamente a la hoyada (tres años antes del terremoto). El edificio, de hecho, estaba a punto de derrumbarse tanto por la humedad como por el deterioro vegetal: las raíces de ciertos árboles habían ingresado extrañamente a las bases de concreto y habían quebrado los cimientos.
Habría sido una exploración más para el blog de Noel, de no ser por lo que encontraron en el último piso. Allí hedía a menta, a hierbas podridas y a orina, todas combinadas de una manera horrorosa con una pestilencia como de sangre coagulada, desde donde, de seguro, gordos y ciegos gusanos nadaban sin sentido y se nutrían de oscuridad.
En una de las habitaciones, la más grande, de aquel quinto piso, encontraron cientos de papeles mohosos y vieron un cuerpo colgado por las muñecas, excoriado como tronco en aserradero: le faltaban los pies desde los tobillos, sus tibias y peronés emergían, astillados, de los bordes de carne, abiertos presurosamente con machetes. Era un ejecutado, del que llora cuando le talan las espinillas, del que pide que "por favor no lo hagan", mientras el sonido de la carne siendo molida y del hueso aullando por las embestidas del filo del metal, ahogan la propia sangre de sus talones. Estaba colgado, como se dijo, de las muñecas, y la cabeza estaba apoyada, casi decapitada del todo, contra el pecho tatuado con profundos cortes de estiletes. Los brazos eran solo huesos mondados; le habían despojado con cuchillos de la piel, de los músculos y de los tendones de los brazos; por la expresión de la cara oscilante, supieron que se lo habían hecho mientras todavía estaba vivo.
Así pues, Noel y sus tres amigos habían encontrado a una víctima más de Los del Pasillo, esa organización terrorista que se pavoneaba por las redes sociales al publicar fotos y vídeos de sus ejecuciones.
Esa fue la primera y última vez que lo acompañaron a hacer trabajo de campo.
Él, por su parte, subió el vídeo del hallazgo a su blog: difuminó las partes en donde se veían las heridas a flor de piel; editó y suprimió el momento en donde hizo acercamientos excesivos al rostro del cadáver y, por último, promocionó aquella publicación. Fue todo un éxito. En veinticuatro horas, solamente veinticuatro horas, cien mil personas vieron aquella grabación.
Como las políticas civiles no sancionaban la exploración de "lugares abandonados", ni la policía, ni el público en general, sospechó de Noel o lo acusó de oportunista.
3.
Había llovido mucho y afuera el ambiente era tan frío, que la niebla no tardó en cubrir con su cuerpo obeso e inasible la larga fila de edificios abandonados de Llojeta.
Noel seguía aguantando la respiración, como si no quisiera soltar lo respirado o como si sintiera que si lo hacía, el frío de la niebla se metería por la herida que estaba en su costado, casi a la altura de los riñones y la cadera; piel y músculos partidos se habían abierto en su última respiración, un poco, casi un milímetro, y seguramente se cerrarían ambos cuando él expulsara el aire retenido, y la herida tragaría ese frío que le fracturaría el dolor en mil pedacitos, todos los cuales se arrojarían como flechas a sus músculos y a sus nervios.
Abrió los ojos y supo, con cierto alivio, que podía respirar lentamente sin sentir mucho dolor.
Trató de recordar cómo había llegado allí.
Sintió un estremecimiento que abrió más su herida y el pilar que se había derrumbado sobre él, giró sobre su cuerpo un poco más, solo unos centímetros, como asegurándole que lo terminaría de aplastar.
Miró alrededor. Encontró lo que estaba buscando.
Estiró la mano y alcanzó la cámara. Seguía filmando.
Pulsó un botón para detener la grabación. Seleccionó el último clip y revisó lo que había grabado hasta el momento que aquel pilar cayera sobre él.
Nada raro, nada del otro mundo.
Revisó el clip una vez más.
Notó algo...
Retrocedió el clip y volvió a verlo.
Lo detuvo una vez más al notar eso, al fondo, detrás del pilar.
Una cara.
Sí, era una cara pálida pero morena, casi del color de la ceniza.
Pero había algo más, algo muy ajeno a una cara cualquiera...
Estaba oscilando de un lado a otro, como un péndulo.
O como si no estuviera sujeta a un cuello, o al menos no completamente.
Escuchó un crujir encima de él, o mejor dicho: encima del pilar que estaba sobre él, en la oscuridad podrida de aquella habitación.
Soltó la cámara y giró un poco la cabeza para ver mejor.
Allí, entre el límite del pilar y el fondo oscuro del techo semiderruido, una mano, todo un amasijo de falanges y cartílagos raspados con cuchillos de matarifes, se movió lentamente hacia él.
En el momento que vio algo de color ceniza oscilar por encima de la mano descarnada, Noel supo, esa noche nublada en que yacía casi aplastado por un pilar de cemento impenetrable, que conocería al horror.
(Créditos: Fotograma de un vídeo de vJamahh)
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